Una serie de meditaciones sobre el tema candente y siempre actual del auténtico papel de la mujer con relación al hombre, y viceversa, en el marco de una visión superior de la realidad total.
Lo que se acentúa con fuerza es la esencial unidad complementaria de los aspectos masculino y femenino de la naturaleza humana, como imagen viviente de una Realidad trascendente. Asimismo, se arroja nueva luz sobre la relación concreta de la pareja humana, con un penetrante análisis de su condición terrenal y muchos sabios consejos sobre el comportamiento recíproco del hombre y la mujer para la realización de cada uno dentro de la unidad de la pareja.
«Estas cartas encierran un contenido demasiado denso y son parte de una Historia que el mismo Ser que “ES”, Dios, escribe desde la Eternidad, por medio de designios y circunstancias, a través de personas y hechos concretos, en el lenguaje de Su Voluntad; sus “trazos” pueden resultarnos desconcertantes y misteriosos, pero ningún ser humano se halla al margen ni ajeno de esos designios.
En estas cartas y sus aclaraciones hay un mensaje que pertenece a todos y a cada uno... Son una oportunidad única que el Señor nos brinda a todos los que anhelamos encontrarnos finalmente con esa Realidad oculta en nuestro interior y en el interior de todas las cosas: Dios, el Ser que “ES”. Realidad que sólo el alma es capaz de percibir, porque es a ella a quien el Espíritu habla hoy y ha hablado siempre, por oculta y dormida que ésta se encuentre en lo profundo del ser humano».
(De la Presentación)
Una compilación de oraciones surgidas en varias ocasiones, a través de los años, de la fe íntima de la esclava del Señor. Lo que las caracteriza es la orientación a la Voluntad de Dios y la insistente súplica de recibir la gracia para rechazar toda forma de energía egocéntrica.
A través de estas plegarias se confirma, una vez más, la verdad del principio clásico de que la manera de orar de una persona es la manifestación más auténtica de su verdadera fe.
En sus meditaciones sobre el tiempo, la esclava del Señor desarrolla una nueva concepción de esta evasiva y envolvente dimensión de la vida humana. El tiempo se asocia aquí, esencialmente, al ejercicio del poder de elección de los seres libres; no se pone en relación con el progreso cultural, científico, tecnológico o económico que caracteriza la historia profana, sino en relación con Dios. El tiempo es visto, antes que nada, como la oportunidad para elegir conscientemente y en conciencia, en cada circunstancia de la vida diaria, entre la Voluntad de Dios y el querer de la criatura.
Esta nueva perspectiva puede ser un antídoto contra las interpretaciones fundamentalistas de las profecías y promesas bíblicas, las cuales, como ella afirma, ciertamente se cumplirán, pero antes que nada en el hombre mismo a través de su transformación interior en la medida de su fe y libre colaboración.
Valiente y abierta exposición de la condición humana en un mundo dominado por el poder del espíritu del mal con la renovada propuesta del camino para ser liberados de este espíritu mediante la lucha contra la energía egocéntrica del “yo”, a ejemplo de Jesús, para dar paso en sí mismo a la actividad purificadora del Espíritu Santo.